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Oculus Rift, ¿realidad virtual para todos?
Fue justo antes del verano cuando hablamos por primera vez de las Oculus Rift. Un dispositivo de realidad virtual que había nacido en Kickstarter de la mano de los fundadores de Oculus VR y que saltó a las portadas de todos los medios especializados cuando Mark Zuckerberg decidió gastarse 1.450 millones de euros de los beneficios de Facebook para hacerse con esta start up.
Un año después de la adquisición, el Dolby Theatre de Los Ángeles (el lugar donde se presentan los Oscar) ha sido testigo de una conferencia de desarrolladores -al estilo de Apple, Google o Microsoft- para mostrarnos todas las novedades y posibilidades de un dispositivo que quiere hacer que el consumo de ocio cambie para siempre. ¿Y qué mejor espaldarazo que acompañar la nueva versión de un estreno en exclusiva de un trailer de la nueva saga de Star Wars?
La apuesta de Zuckerberg en su momento fue clara: "la misión de Facebook es conectar el mundo, de todas las formas posibles. El mundo está cambiando. Cada vez compartimos de forma más rica. Después del texto, las fotos y el vídeo, la realidad virtual será el siguiente paso". Y que solo unas horas antes de la presentación de las nuevas Rift Facebook anunciara que permitiría compartir vídeos en 360 grados en su muro era una declaración de intenciones.
Pero el fundador de Facebook también sabe que una de las formas de asegurarse el éxito de las Rift es dejando que Oculus VR tenga total libertad y siga guiado por el gurú -Brendan Iribe- que le mostró que había una forma diferente de hacer realidad virtual. "Aunque cuando probé las Oculus Rift ya había probado la realidad virtual, esto era diferente, no quería quitármelas", admitió Zuckerberg.
Por eso, cuando Iribe presentó las novedades de las Rift no quiso quedarse atrás de su nuevo jefe: "en los próximos meses mucha gente va a ver cómo el mundo virtual y el real se funden. Estamos en un momento histórico, vamos a hacer algo que inspire y cambie la vida de millones de personas". El objetivo es tan simple como titánica la tarea: quieren hacer que la gente viva "lo que quiera, cuando quiera, como quiera".
Tan simple y titánico como lo conseguido hasta ahora. En el mercado existen otras dos propuestas que sobre el papel deberían haber triunfado más sólidamente que las Rift. Las gafas de realidad virtual de Sony, las Morpheus, (alta gama) y la solución de bajo coste Google Cardboard. Sin embargo, las propias Rift y soluciones intermedias como el adaptador desarrollado para unir la gama de smartphones 2015 de Samsung se han quedado el mercado.
La idea es que ha sabido buscar los aliados adecuados (cuando se trata de hardware y pantallas de calidad no hay nadie como Samsung en el mercado) y conseguir que sus productos sean tremendamente atractivos por su precio -99 dólares por su solución adaptada lo convierte en un periférico muy accesible para cualquier geek o early adopter-.
Una buena forma de crear una nueva narrativa en mercados tan interesantes como los videojuegos. Sega, Bandai Namco o Midway demuestran que el ocio virtual tiene claro que el salto es inminente. Algunas plataformas de juegos en streaming como Twitch se preparan para lanzar partidas en este formato... y los grandes estudios de Hollywood no quieren dejar pasar este tren: desde la 20th Century Fox hasta Disney con Star Wars se suman a un terremoto que empezó con Netflix o Hulu.
Y siguiendo con los aliados, Intel y Nvidia se encargarán de que el modelo de 2016 cuente con los componentes necesarios para dar el salto a nuevas prestaciones. Dell y ASUS ya preparan ordenadores en su catálogo que por menos de 1.000 dólares serán compatibles. ¿Algo más? Pues como diría Steve Jobs, "una última cosa", Iribe se sacó de la manga Oculus Touch, un sistema que permitirá a los usuarios tocar, sentir e interactuar con la realidad virtual. Se puede ajustar a una mano o a las dos y permitirá mover objetos.
En Binary Soul hemos apostado desde el principio por soluciones de realidad virtual aplicadas a juegos como Euskal Herriko Pilota Birtuala, un título que aúna lo mejor de la tradición deportiva vascas y lo último en dispositivos de entretenimiento virtual.