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Binary Soul desarrolla el juego BBK-I4.0 de la mano de GAIA y la Fundación BBK para promover la educación STEAM
El vertiginoso desarrollo tecnológico que estamos viviendo los últimos años ha abierto un enorme abanico de posibilidades a la hora de elegir el tipo de sociedad que queremos construir. Pero, también, ha traído aparejado importantes retos de la mano de cambios constantes que se traducirán en la creación de empleos inexistentes hace bien poco -y, seguramente, inimaginables hace solo unos lustros- que están directamente relacionados con la digitalización y nuevas formas de entender nuestro entorno.
La educación -y los nuevos métodos educativos- son claves para desenmarañar todos estos cambios y retos y es por ello que agentes como Fundación BBK y GAIA (la Asociación de Industrias del Conocimiento y Tecnologías Aplicadas de Euskadi) buscan potenciar las carreras STEAM, centradas en el aprendizaje de conocimientos científicos, tecnológicos, de ingeniería y matemáticos. Para ello cuentan con una hoja de ruta en la que los contenidos gamificados tienen un lugar especial para acercarse a los profesionales del futuro.
En ese marco, Binary Soul ha desarrollado de la mano del cluster y la Fundación BBK el videojuego BBK-I4.0 con el fin de familiarizar a niños y niñas de entre 8 y 14 años en los retos y las posibilidades de la Industria 4.0. De esta forma, los participantes pondrán en marcha una fábrica de patinetes eléctricos en los que se responsabilizarán de los procesos, gestión de recursos, gestión de equipos, desarrollo sostenible, igualdad, conciliación, seguridad y ciberseguridad del centro.
Disponible para iOS y Android, el juego exige realizar equilibrios entre presupuestos de gasto, energía empleada, impacto ambiental (emisiones y contaminación derivadas del proceso productivo) y tiempos de entrega. Además, los mejores gestores de la fábrica, los que mejores patinetes produzcan -no todos son iguales y hay que saber elegir entre diferentes opciones y componentes para cumplir todos los objetivos de los que hemos hablado- podrán demostrar la valía de sus productos en carreras.
Asimismo, como cualquier empresa industrial, la fábrica tendrá acceso a contratos externos -que consumirán días pero le otorgarán recursos económicos- y también a yincanas de reciclaje (papel, vidrio y plástico) que ayudarán a minimizar la huella ambiental de la producción de patinetes.
Aprender sobre los diferentes procesos productivos, sobre el impacto que cualquier actividad económica tiene en el entorno, educar a los jóvenes en un sistema de toma de decisiones y enfrentarse a balances sobre su gestión son una piedra de toque inmejorable para que comprendan los retos y oportunidades que la Industria 4.0 y las nuevas tecnologías suponen.
En el concurso participaron cuatro centros educativos: Egiluze Errenteria -a la postre ganadores-, Egiluze Hondarribia, Egiluze Bilbao e Hijas de la Cruz de Santurtzi. Cuatro instituciones que han aprovechado una herramienta de un gran valor añadido para guiar a sus alumnos hacia estudios y formaciones más experimentales y que apuestan por fomentar las vocaciones científicas y técnicas y la inteligencia competitiva. Felicidades a todas.