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Es habitual que cuando pensamos en las universidades de referencia a lo largo y ancho del planeta nos vengan nombres tan célebres y antiguos como Oxford, Cambridge, Harvard, Stanford, MIT, Imperial College o Zurich. Sin embargo, las nuevas tecnologías y el espíritu innovador (más bien disruptor) de algunas regiones del planeta ha hecho que incluso la enseñanza universitaria se esté reformulando por completo.
Uno de los ejemplos más claros es el de Singularity University, una institución académica con sede en Silicon Valley cuyo objetivo es "reunir, educar, e inspirar a personas que se esfuercen por comprender y facilitar el desarrollo exponencial de tecnologías y promover, aplicar, orientar y guiar estas herramientas para resolver los grandes desafíos de la Humanidad".
Ubicado en el Centro de Investigación Ames de la NASA, es una de las referencias desde su fundación en septiembre de 2008 como un complemento a las universidades tradicionales para potenciar el emprendimiento, la innovación y la tecnología.
Con esta carta de presentación no es de extrañar las expectativas que levantó la presentación de Diego Soroa el pasado 19 de enero de su programa Global Solutions y del nodo Singularity U en Bilbao que ha puesto en marcha junto con otros emprendedores.
El Global Impact Challenge (curso que, por cierto, sigue abierto a inscripciones) busca ampliar la visión tanto de los innovadores como de los inversores. Romper la barrera -miedo- que hace que se quiera minimizar el riesgo y que acaba limitando el progreso en el área tecnológica y, sobre todo, estrangula el futuro de las start ups, pequeñas empresas llamadas a cambiar las reglas.
La propia SingularityU se define a sí misma como un Think tank que se centra en buscar soluciones a los grandes retos de la Humanidad. Lo que puede parecer -desde un punto de vista tradicional- algo megalómano o utópico, recibe las alas y las vías necesarias para obtener coaching y financiación.
De hecho, el programa presentado, Global Solutions Program, permite, durante 10 semanas, entrar en contacto con expertos en tecnologías disruptivas con una gran influencia para, en una última fase poder crear un proyecto de negocio en equipo que podría generar un impacto positivo en más de 10 millones de personas. En definitiva, una posibilidad de crecer con unas métricas muy provocadoras.
El pasado año, Pablo Orduña, investigador de DeustoTech, fue uno de los dos galardonados, con un proyecto que ofrece herramientas para permitir a estudiantes acceder a laboratorios reales, en tiempo real, a través de Internet.
Para ingresar se pueden seguir varios caminos, desde la inscripción directa (hasta el 13 de febrero), hasta un concurso de acceso (hasta el día 21) o bien mediante el Global Impact Challenge. En cualquier caso, el Bilbao Chapter -nodo Bilbao- seguirá estando asentado en la Villa formado por personas que han pasado por la SingularityU y que tienen como objetivo identificar proyectos y personas con potencial disruptivo y allanarles el camino.
Una herramienta que mediante reuniones periódicas cada dos o tres meses sobre temáticas especializadas permita crear soluciones y servicios en el contexto local. Un proyecto, por ahora, sin ánimo de lucro que cuenta con un enorme recorrido y con la posibilidad de crear un gran valor añadido en la sociedad.