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Sin duda el E3 (Electronic Entertainment Expo) de este año ha sido uno de los más agitados y polémicos de los últimos años. El motivo es que la consolidación del 4K y la realidad virtual obligaban a las grandes del sector a presentar nuevos dispositivos compatibles y todas las miradas estaban en Sony, Microsoft, Nintendo y los grandes estudios.
Los nipones anunciaron unos días antes la llegada de una PS 4 Neo que fue una de las grandes ausentes del evento. Microsoft, por su parte, anunció dos consolas: la Xbox One S y la Xbox Scorpio. Y Nintendo, por su parte, dejó en casa la esperada Nintendo NX llamada a reflotar las ventas de esta histórica empresa.
Esto hizo que, en cierta manera, los grandes ganadores fueran los estudios (especialmente Electronic Arts) y los jugadores. La multinacional californiana celebró por todo lo alto su salto a su nuevo motor gráfico Frostbite; Bethesda continuó ordeñando sus sagas con nuevos Fallout, Skyrim, Elder Scrolls, etc. y Ubisoft celebró por todo lo alto su treinta cumpleaños con un muy aplaudido "Trials of the Blood Dragon". Nintendo, como hemos dicho, se centró en sus licencias más exitosas, las que mantienen a flote la compañía: Zelda (el título más aplaudido con diferencia en la expo) y Pokémon.
Sin embargo, para nosotros, el punto más interesante fue la forma en la que Microsoft difuminó la frontera entre ordenadores y consolas. Las propuestas de hardware de los de Redmond destacan por su potencia. Scorpio es la entrada por derecho propio al universo de la realidad virtual en alta definición (gracias al procesador de 6 TFLOPs, el más potente hasta la fecha en una consola).
La empresa tiene claro que si bien PlayStation 4 está por encima en ventas, la llegada de la realidad virtual y el 4K así como la total compatibilidad de cualquier juego con One, One S, Scorpio y PC pueden dar la vuelta a la jugada. Algo que se potencia con la buena colección de servicios que esto supone y que convierten la propuesta de Microsoft en un verdadero centro de ocio en casa. La respuesta de Sony pasa, sin duda, por ofertas como PS Vue y por una rumoreada unión entre la división de ocio de los nipones -una de las más interesantes del sector- con los chicos suecos de Spotify.
En cuanto a hardware es pronto para hablar de un claro ganador. La propuesta de una PS4 Neo (con un precio más alto que la actual PS4), las gafas PS VR (que rondan los 400€), los accesorios Move (30€ cada uno) y la cámara compatible se queda en casi 1.000€ mientras que la opción de una Xbox con Kinect -mucho más avanzado y con muchas más opciones de uso que las cámaras de Sony- se antojan más interesantes.
En definitiva, el E3 de este año, a pesar de las filtraciones y el desigual esfuerzo de las compañías para atraer a clientes potenciales demuestra la interesante evolución de la industria hacia motores gráficos mucho más potentes, resoluciones impensables hace poco, opciones de realidad virtual accesibles y una variedad de productos no vista en mucho tiempo.