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Scratch Eguna, lo que ocurre cuando les das herramientas a los más pequeños
Siempre que la sociedad ha dado un salto cualitativo el sistema educativo ha tenido que adaptarse. La democratización del acceso a la formación ha permitido (junto a otros factores) que durante las últimas décadas la humanidad haya vivido un revolución científica sin precedentes. Los avances en campos tan dispares como la medicina, la ingeniería o la informática no solo suponen un reto ético sino también requieren de una adaptación de alumnos y docentes.
A principios de este mismo año, por ejemplo, veíamos como la Administración de Barack Obama anunciaba una inversión de 4.000 millones de dólares para potenciar la enseñanza de informática a todos los niveles con el fin de cubrir las demandas de empleo e incrementar la competitividad del país en sectores estratégicos a medio plazo. Dentro de este plan el lenguaje de programación tiene un lugar central. En muy poco tiempo será una de las formas más importantes de comunicación para muchos profesionales.
Mucho más cerca, en Euskadi llevamos seis años celebrando el Scratch Eguna, un evento anual que cuenta con la colaboración de una veintena de centros educativos en el que niños de quinto y sexto de primaria muestran proyectos personales desarrollados en sus colegios con la herramienta de programación Scratch.
Ésta es una aplicación con una sencilla interfaz gráfica que les permite experimentar con los conceptos básicos de programación de ordenadores mientras les ayuda a desarrollar el pensamiento lógico y algorítmico, solucionar problemas de manera metódica, potencia la elaboración de autodiagnosis de su trabajo así como la posibilidad de obtener resultados complejos a partir de ideas simples -se aprenden y asumen conceptos matemáticos como coordenadas, variables, aleatoriedad y algoritmos-.
En definitiva, los más jóvenes pueden usar este lenguaje de programación para crear animaciones, videojuegos y programas sencillos. Una buena forma porque se interesen por una herramienta que les será indispensable en muchos de los currículos académicos que decidan seguir y por el que muchos profesores están apostando para que entre dentro de las asignaturas a impartir en primaria.
A partir de este programa, el MIT Media Lab desarrolló el Scratch Day (Eguna en Euskadi) con el fin de que en todo el planeta los niños puedan exponer sus trabajos y comprender como otros niños han llegado a planteamientos similares por otros caminos (o cómo han desarrollado proyectos completamente diferentes a partir de las mismas ideas). Todo ello, además, potencia el aprendizaje colaborativo.
Durante dos meses, los grupos formados por cinco o seis niños deben crear una animación, un videojuego con elementos interactivos y una instalación física controlada por un ordenador, además de un póster promocional del proyecto. La idea de este triple reto es fomentar el desarrollo de software, las aplicaciones informáticas sobre el hardware y la vertiente artística que necesita todo proceso creativo.
Los proyectos, voluntarios y desarrollados fuera de clase, han de ser creados de forma autónoma y el profesorado solo les da apoyo externo puntual con el fin de que sean los alumnos quienes descubran los problemas de sus planteamientos y la forma de solucionarlos.
El pasado sábado el Azkuna Zentroa de Bilbao, Artium de Gasteiz y Tabakalera en Donostia fueron las sedes donde se presentaron todos los proyectos. De entre todos ellos los que más destacaron fueron un Pachinko en el que un robot se encargaba de recoger canicas que soltaban los niños a través de una pequeña plataforma, un videojuego en el que una nave (¡que era el propio mando del juego!) tenía que sortear unos asteroides y otro juego en el que había gente saltando de un edificio por culpa de un incendio y en el que había que cogerlos con un camión de bomberos antes de que cayeran al suelo.
En definitiva, una iniciativa válida y necesaria en la que el profesorado coincidió que no solo potencia el aprendizaje de los niños (están deseando de que llegue la hora de seguir trabajando en el proyecto a pesar de las horas escolares y las actividades extraescolares) sino que demuestra que son nuestro mejor recurso social.
Sin embargo, la falta de publicidad y de apoyo institucional pone en serio riesgo la posibilidad de que se sigan celebrando más ediciones. Los tres profesores que se encargaron de gestionar la edición de Bilbao concluían que les faltan recursos y que aún no han sido capaces de encontrar una iniciativa de patrocinio privado que pueda potenciar un evento absolutamente necesario. Esperemos que esto no ocurra y que las tecnológicas vascas hagan caso a este llamamiento antes de que sea demasiado tarde para el Scratch Eguna y nuestro sistema educativo.
Nota: Fotos cortesía de Josu Garro.