Jueves 22 de Septiembre 2016
Un año más Tokyo se ha convertido durante unos días en el epicentro del ocio digital mundial. Aunque su Game Show no tiene el tirón de eventos como el E3, ser el centro de operaciones de gigantes como Sony y Nintendo hacen que la feria se convierta en una referencia ineludible para toda la industria.
La edición de este año, sin embargo, ha provocado sentimientos encontrados: mientras que para el consumo interno se puede catalogar de éxito rotundo debido a su récord de asistencia (271.000 personas, tres mil más que el año pasado y veinte mil más que hace dos), el encuentro ha dejado un sabor amargo en Occidente por una conferencia de Sony con poco gancho, ausencia ya habitual de Nintendo, y la falta de verdaderas novedades.